
entrevista a daniella calmet, fundadora de nanana
Mi pasión por el arte nace incluso antes de relacionar la palabra “arte” conmigo y mis plumones. He amado pintar desde que tengo memoria, más como una necesidad de expresión que solo un gusto, luego descubrí la capacidad del color y la forma para contar historias, para crear conciencia a través del arte. En Nanana me suelo inspirar en temas relacionados con la naturaleza, tengo un amor especial por la biodiversidad y la cultura peruana, es por eso que en mis colecciones he hecho temas como : Costa Sierra y Selva, Temas marinos y, mi última colección: «Fauna y Flora peruana en peligro de extinción». En esta última busqué crear conciencia sobre los problemas ambientales urgentes que enfrentamos, trayéndolos a la vida cotidiana. Quería no solo plasmar la belleza de estas especies en mis diseños, sino también contribuir activamente a su preservación. Por eso, parte de las ganancias son donadas para proteger una hectárea en la Amazonía peruana, hábitat de muchas especies en peligro. Sus colores están desapareciendo y hay que cuidarlos. También he hecho una colección co-creada junto con la maestra Lastenia Canayo titulada “los dueños del mundo shipibo”,
¿Qué te impulsó a crear tu Firma, por qué decides fusionar arte con moda?
Ya les conté que para mi, desde niña, pintar era una necesidad, una manera de expresión y hasta un refugio. Sin embargo, hubo un tiempo en el que dejé de hacerlo. Le puse el nombre “hobbie” y eventualmente “me faltaba tiempo para los hobbies”, Y a pesar de que siempre me mantuve en contacto con mi lado creativo: Soy diseñadora de producto de profesión (Lo cuál me familiarizó con materiales y procesos de fabricación que me ayudan a hacer realidad las piezas que ideo ), vengo de algunos colegios que reconocen el valor del arte en la vida en los cuales llevé cursos de cerámica, artes plásticas, carpintería, y a lo largo de mi vida he trabajado también como diseñadora de servicios y/o experiencias, sin embargo, a la pintura siempre la mantuve al margen, relegándola a pequeños espacios. Citando lo que escribí en una de mis notas: “Hay cosas que si las dejas no pasa mucho, pero hay otras tan propias que si las dejas, dejas parte de ti y lo sientes. Felizmente son como niños que, cuando quieren ser escuchados, buscan cualquier oportunidad para que los veas, te abrazan, te jalan, saltan, gritan fuerte, hasta que voltees nuevamente a mirarlos . Así fue como Nanana (así me decían de niña) no se cansó de saltar hasta que la abracé de nuevo. Es por eso que elijo firmar así, como tributo a la niña interior que llevo y que todos llevamos dentro y nos llama a salirnos del molde, ser más nosotros mismos. Nanana nació como excusa para seguir pintando sin que la Daniella de 30 años ( en ese entonces) le diga que eso era solo un hobbie.
Realmente el primer producto que lancé fueron las ilustraciones enmarcadas, luego pensé que el arte utilitario era una gran manera de ir un paso más allá, la capacidad no solo embellecer espacios, sino también personas y poder llevar mi propósito a la vida cotidiana. Los Pañuelos son perfectos para eso, son “lienzos en blanco” esperando ser llenados de color y lo mejor para mi, es que son accesorios sin temporalidad. Los pañuelos no entran en el circuito rápido de las modas, no están sujetos a tallas ni edades y con el tiempo pueden volverse más valiosos al adquirir un valor sentimental. Mi abuela sigue teniendo los pañuelos que se compró hace 70 años, y yo los uso a veces.
Nanana no es una marca de moda sino una firma de arte y diseño aplicada en objetos, entre ellos, accesorios atemporales.
¿Cómo sientes el recibimiento del público y por qué crees que te eligen?
Ha sido bastante bueno, ver a personas conectando con lo que haces, con cómo lo haces y lo que quieres transmitir es muy bonito, y creo que no es solo por un factor sino la suma de varios, uno de ellos es el propósito detrás de la firma.
Nanana es más que una firma de arte y diseño, es un mensaje, una forma de vivir la vida. Mi propósito es inspirar, a través del color en sus piezas, a vivir de manera más auténtica. Cuando el Nanana hablo de color me refiero a lo que hace a cada persona única: como pensamos, como sentimos, lo que nos apasiona, esos
son los colores que debemos mostrar al mundo. Los colores visuales funcionan como una analogía, un recordatorio, una llamada a la acción.
Otro factor importante es que los diseños no solo son visualmente atractivos, sino que también cuentan historias que conectan. Historias significativas sobre nuestra cultura, la naturaleza, la belleza de la dualidad entre la fortaleza y fragilidad de lo que nos rodea y alberga, y la importancia de cuidarla.
Y el último de los factores que también me parece bastante importante son los detalles, y acá voy a hablar de dos temas. El primero son los detalles en la fabricación de cada pieza: La calidad en los materiales que utilizo, los acabados, los colores. Me ocupo de los detalles en el producto porque creo que en ellos está la exclusividad, en ellos se ve el amor en lo que haces y para quienes lo haces.
El segundo tema son los detalles en todo lo que envuelve al producto, que habla más de mi propósito como firma que de los productos en particular: Al Nanana ser más un mensaje que un producto, siempre me pareció importante hacerlo regalable. Que las personas compartan el mensaje del valor de la autenticidad y que al recibirlo puedan sentir el cariño y la emoción de quien recibe un regalo me parece muy valioso. Para lograrlo le he puesto mucha atención a los detalles: Desde la tarjeta donde te cuento sobre el propósito de la firma, La bolsa de tela que cuida la pieza, el separador de libros ilustrado ( porque pienso la lectura es una buena forma de hacer crecer la paleta de colores con la que pintamos nuestra vida y dejamos huella en este mundo) y una tarjeta ilustrada con el mensaje “Gracias por tus colores” junto a un gran espacio para que puedas escribir, porque considero que lo que puedas escribir es igual y hasta más importante que lo que vayas a regalar.
Creo que las personas llegan a sentirlo y por eso conectan.